Andar con el río

Fundación Suñol. Barcelona. 2023. 28 septiembre 2023 –  02 marzo 2024 2022

Cuando volví del Japón en noviembre del 2019 sentí la necesidad de coger papel blanco y rotuladores de punta fina y dibujar sin pensar en nada. Un papel tras otro. Dejar la mano suelta, darme permiso para jugar y, siguiendo esa manera que practicaba Matisse, valerse del simple trazo y dejar que la línea cree luz sobre el papel. Así llené gran cantidad de papeles y tiras de un rollo de papel de arroz que guardaba desde hacía tiempo. Era preciso acertar con la línea, no perder el ritmo para que apareciera esa luz. El tema era no quedar presa en ninguna intención, en ningún propósito. En la maleta me había traído un libro de Matsuo Basho, el poeta caminante, con el que siempre he sentido una gran afinidad. A ratos leía en este libro,” El estrecho camino al alto Norte” y así a veces se iba colando el nombre del poeta en los dibujos. Pero sucede que la mano no puede bailar ella sola durante mucho tiempo sin que aparezcan figuras, signos, palabras y asociaciones. Las líneas arrastran a las cosas. Hace tiempo hice unos grabados cuyo tema era la prótesis, aquellas cosas que son la prolongación de nuestro cuerpo, de nuestra mano, objetos de los que nos servimos para ayudarnos en el quehacer diario, en la casa, en la cocina, en el taller. Tijeras, cubos, cucharas, cuchillos, gafas, alfileres, tornillos, rodillos, ralladores, almohadillas de alfileres, dedales, martillos, alicates, tenazas, ovillos, bombillas y enchufes. De ahí me queda un repertorio que está a disposición de la mano sin que tenga que pensar en ello, -porque esa es en este caso la cuestión- y lo uso para ver aparecer sobre el papel esa luz de la que hablaba antes. Pero entre los objetos aparecen a veces también los pies; dibujar pies, calcetines o zapatos es una especie de garantía de poder seguir con el recorrido, de no pararse. Y, por supuesto, no tardan en aparecer las vaginas, que no son otra cosa que la mandorla, figura arcaica y ancestral de dos círculos que se solapan a la distancia de un radio, -muy presentes por cierto en los frescos del románico catalán-; a veces se convierten en vainas, y con ello aparecen toda clase de frutas, verduras y semillas. Después de todo, casi a diario una va al mercado y compra limones y berenjenas, calabacines y manzanas. De esta serie de dibujos-flujo se hizo una animación que tiene por título “Como el agua…, homenaje a Matsuo Basho”, que se proyectó como un video en el suelo de la sala. 

En el año 2022 conocí a Alicia Narejos, bailarina de Murcia con la que en seguida empezamos a hablar de hacer confluir disciplinas artísticas diferentes y de hacer una colaboración. De ahí surgió la performance que realizó el día de la inauguración en la que bailó “Como el agua …” sobre la proyección en el suelo.

En cuanto a los trabajos míos mencionados se completarán con la serie “CUATRO DIBUJOS SOBRE PAPEL HECHO A MANO”, “BOCETOS PARA EL ESPACIO EXTERIOR”, la serie “TIEMPO”, “385”, unos cuantos “LEPORELLOS” y “EL FONDO INDIFERENCIADO DE LA CONSCIENCIA”, unos dibujos de mayor formato de 2016, en la que aparecen los nombres de pila de 26 creadoras mujeres que vivieron a finales del siglo XIX y en el siglo XX/XXI. Los apellidos vienen solo indicados a través de la letra inicial.